Hace unos semanas pude visitar en una escapada la Isla de Tenerife en el archipiélago de las Islas Canarias. Es un lugar increíble para los que amamos la fotografía, ya que en la misma isla puedes encontrar todo tipo de climas debido a su orografia. En esta escapada no solo me acompañaran mis cámaras digitales, (M1II y Pen-F) sino que también me llevo conmigo la Rolleiflex Automat TLR 6X6, una cámara analógica de formato medio que monta el equivalente a un 50mm.
Comienzo mi viaje fotografiando un amanecer en las costas de Tajao, un lugar que esconde uno de los mejores amaneceres de la isla, pero como digo, esconde… ya que la climatología me impidió esa semana disfrutar del amanecer debido a las nubes. Junto a Tajao encontramos la playa de «El Médano», un punto de encuentro para amantes del Kitesurf, donde pude tomar algunas fotos a Jorge, uno de los riders que estaba practicando el deporte en la playa.
Ya sabéis que una de mis pasiones es la fotografía de calle, para esta lo más lógico podría ser ir a Santa Cruz, pero en mi caso de decante por La Laguna, un pequeño «pueblo» que es patrimonio de la humanidad por conservar el trazado de las calles de su casco histórico. Calles estrechas y anchas, con un ambiente muy colonial.
No todo van a ser paisajes y foto de calle, también hay que aprovechar los colores de Tenerife para algunos retratos, ahí es cuando empezó a entrar en juego al Rolleiflex en la que monte una película Kodak Portra 400, una película que ofrece un bajo contraste y un grano muy fino, buena muestra de ellos son algunas fotografías que puedes ver de la sesión con Laura.
Y con la misma Rolleiflex visito la playa de Benijo, eso sí, en esta ocasión montando una película blanco y negro de una sensibilidad baja como es el Ilford FP4 de 125. Allí me encuentro con la marea algo baja lo que me va a permitir fotografiar las formaciones rocosas y a muchos bañistas disfrutando de la playa.
Por último no puedo irme de Tenerife sin disfrutar de su cielo nocturno, algo que no he podido hacer durante toda la semana por culpa de las nubes. Por fortuna en mi último día en la isla las nubes me dan una tregua para subir al Teide y disfrutar de ese espectáculo único.