Después de varios meses he podido salir a la calle con la cámara para hacer un poco de foto callejera. Algo que en otras circunstancias solo requeriría un desoxidamiento. Pero dadas las circunstancias, es posible que las calles hayan cambiado.
Por lo pronto he usado un equipo que no suelo usar para calle (Pen-F y 17mm f1.8), esta vez se viene conmigo la Olympus OM-D E-M1II y el 17mm, pero el f1.2 en lugar del 1.8. Un objetivo más nítido y luminoso, aunque esta última no la voy a necesitar en este caso. Por contra tengo un objetivo más grande y pesado.
Desde el principio la gente esta rara, muy pendiente de todo lo que ocurre a su alrededor, cuando hace unos meses casi se iban chocando con las farolas. Es la primera sensación que me he llevado, pero déjame que te cuente en el vídeo como fue la experiencia completa.
No me atrevería a decir que las calles han cambiado para siempre, ya que el ser humano es un animal que olvida fácil, más aun cuando nos meten de nuevo en nuestra rutina. Lo que esta claro es que es un momento interesante para intentarlo, ya que vamos a ver situaciones que antes no se daban, o bien, no nos llamaban tanto la atención.