El pasado domingo en Houston se jugo la Superbowl, el evento deportivo más visto del planeta. El futbol americano es uno de los deportes que más tecnología desborda, no solo por las retransmisiones, en las que sobre impresiona mucha información del juego. También por las constantes consultas en la televisión de los árbitros.
Pero en este artículo no quiero hacer referencias a la tecnología que rodea a este deporte, si no, a la tecnología que rodeo el espectáculo que vivimos en el descanso. Descansos en los que estamos acostumbrados a grandes actuaciones, fuego, luces e incluso acrobacias en esta edición.
En esta Superbowl 51 la encargada de amenizar el descanso era Lady Gaga, comenzó su actuación sobre la cubierta del estadio y ese fragmento fue coreografiado con un baile de luces tras de ella. Luces que rápidamente llamaron la atención de muchos, ¿era un efecto por CGI o era algo en directo?
Eran drones, en concreto 300 drones que Intel había programado y sincronizado para que realizasen la coreografía de formas y luces sin un solo fallo. Ya hemos visto como intel tiene presencia en el mundo del deporte en competiciones como la Champions League, donde gracias a su tecnología realizan transiciones 3D para estudiar posiciones en jugadas, ¿Pero porque no fue en directo?
En Estados Unidos, como en España, hace falta una licencia especial para volar drones, Intel tenia una licencia de tipo C y permiso durante 8 horas, eso no suponía un problema. El problema era el clima y el entorno de la actuación. Por un lado era imposible predecir el viento o la lluvia que podría haber en una noche de febrero y sincronizar el movimiento de los drones, el salto al vacío de Gaga y su entrada en el estadio era muy complejo.
Está claro que los drones valen para muchas cosas, desde usos civiles, hasta como hemos visto en esta ocasión como recurso artístico. ¿Quien será el próximo en implantar esta tecnología en sus espectáculos?
