Hay grandes frases que rodean al mundo de la fotografía, una de ellas es «no importa el equipo, si no estar en el momento indicado y en el lugar indicado». Tal vez sea por eso, que una de las mejores técnicas fotográficas es la paciencia, esperar en ese lugar hasta que se den las condiciones para la foto perfecta.
Aunque hay en muchas ocasiones, que no depende solo de paciencia, si no también un poco de ingenio. Desde siempre los fotógrafos han «tuneado» sus equipos para conseguir unas determinadas fotografías, sobre todo, si hablamos de fotografía de naturaleza. Esconder un flash, prolongar un disparador para disparar a muchos metros o simplemente, crear un artilugio que dispare un flash al paso de un ave. Hoy en día muchas de estas mejoras solo dependen de equipos informáticos y un software potente, pero no siempre fue así.
Kenji Yamaguchi lleva 32 años colaborando con National Geographic, 32 años preparando, mejorando y optimizando equipos para fotografiar los puntos más increíbles del planeta tierra. En el vídeo puedes verle en su taller, trabajando en algún artilugio, preparando ópticas y dotando a los fotógrafos (el no se define como fotógrafo, solo como alguien útil para ellos) del equipo que necesitan para capturar la foto.
Entre sus obras podemos encontrar objetivos angulares modificados, con el fin de dar la distancia de enfoque de una óptica macro, o flashes que detectan un movimiento y se disparan.