El concepto más importante en fotografía, podríamos decir que es la exposición. La exposición correcta se consigue mediante el equilibrio de 3 factores claves, la sensibilidad del soporte que medimos en una escala ISO. La cantidad de luz que le llega al soporte, que medimos en diafragma y finalmente el tiempo que le esta llegando luz al soporte, lo que llamamos velocidad de obturación.
Si consigues equilibrar perfectamente estos tres factures conseguirás una foto perfecta, pero en función de como los contra restes obtendrás un efecto u otro. En esta ocasión vamos a hablar de lo que atañe a la velocidad de obturación.
Cada fotografía requiere una, no simplemente por la cantidad de luz que tengamos, si no, por el objeto o sujeto que estemos fotografiando. Cuando un sujeto esta en movimiento debemos congelar dicho movimiento para fotografiarlo nítido. ¿Como lo conseguimos? Exponiendo la imagen una fracción tan pequeña de un segundo, como para que su movimiento sea imperceptible.
En otros casos nos puede interesar que la velocidad de obturación se baja, así conseguiremos convertir luces en lineas, la espuma del agua de una cascada en un velo o el movimiento de la cámara en una efecto que imprima velocidad a la imagen. Pero el tiempo que expongamos nuestra fotografía dependerá al final del equilibrio entre los 3 valores, tiempo, diafragma y sensibilidad.
Foto: Antonio J. Seco
Pero hay en ocasiones que no tenemos total libertad para elegir la velocidad de obturación, ocurre cuando usamos el flash de la cámara. La velocidad en estos casos viene limitada por el tipo de obturador (mecanismo) que tiene la cámara. Normalmente encontramos dos tipo, el de plano focal, que esta compuesto por dos cortinillas y el obturador central, que es como un iris.
El de plano focal consigue grandes velocidades, es el que llegan las cámaras DSLR y se compone de dos laminas negras, una se lanza primero y la segunda se lanza en el intervalo de tiempo seleccionado. Así se consigue que este sistema permita disparar hasta 1/8000 de segundo.
Por ese motivo las DSLR y el resto de cámaras con el obturador de plano focal, tienen una velocidad de sincronización de flash, que normalmente ronda 1/200 de segundo. ¿Porque esta y no otra? Simplemente porque a esa velocidad, la segunda cortina no se lanza hasta que la primera a completado su movimiento. Si disparásemos más rápido conseguiríamos un efecto similar al de la siguiente fotografía.
Los obturadores central no tienen este problema, ya que siempre realizan el movimiento completo como un iris. Están compuestos de palas y su funcionamiento es muy similar al del diafragma. La parte negativa de estos obturadores, es que la velocidad máxima de disparo es muy baja, debido a todo el recorrido que deben hacer. Habitualmente los usan las cámaras de formato medio y su velocidad máxima suele ser de 1/500 de segundo.
Ya sabes que si quieres conseguir el efecto deseado y controlar al 100% tu fotografía, debes saber muy bien que estas fotografiando y como lo estas fotografiando.
