Cuando uno piensa en hacer una fotografía lo primero que le viene a la mente es un lugar idílico, una puesta sol espectacular, amplios campos verdes o sombrías montañas, pero no siempre debe ser así. Hay fotografías en sitios donde pensamos que no las hay, eso es una de las máximas de la fotografía documental, documentar un lugar, un rito, etc.
Un buen ejercicio en la fotografía es entrenar el ojo para saber mirar, mirar de otra forma, buscar encuadres interesantes y cómo la luz los baña, por eso, en esta ocasión salgo de la ciudad, de los paisajes y me dos un breve paseo por este pueblo. ¿Te vienes?
Las fotos cómo en otras ocasiones han sido tomadas con la Pen-F en combinación con el M.Zuijko 17mm f1.8 y M.Zuiko 25 f1.8, un conjunto que para estilo de salidas es perfecto por su tamaño y peso. Siempre disparo en formato RAW, aunque en ocasiones utilizo el perfil personalizable que tiene la Pen-F de blanco y negro, ya que para componer ver el visor cómo va a quedar la foto final ayuda mucho.