La fotografía callejera es una disciplina que apasiona a muchos. Hoy en día es muy fácil hacer una foto, gracias principalmente a las mejoras tecnológicas, como los sistemas de enfoque, que nos permite tener un sujeto perfectamente enfocado en milésimas de segundo.
Por fortuna esto no siempre ha sido así (sí, por fortuna…), ya que todos estos avances tecnológicos nos brindas más posibilidades, pero nos hacen más torpes y, convierten la fotografía en algo menos gratificante. Hoy estamos acostumbrados a dispara, ver rápidamente y olvidar.
Antes la fotografía requería más pausa, más trabajo y eso generaba otro ambiente a la hora de tomar fotografías. Por eso hoy, en un homenaje a la fotografía analógica voy a salir a la calle a hacer fotos con una Rolleiflex 3,5F, una cámara TLR de formato medio con una óptica de 75mm Carl Zeiss.
Esta cámara no tiene ningún tipo de electrónico, fotómetro ni ayuda a nada, por lo que me voy a apoyar en un fotómetro para medir la exposición. Una herramienta que nos va a dar la lectura de luz, indicando el diafragma o velocidad que debemos utilizar, en función de la prioridad que elijamos.
En concreto el modelo es el Sekonic L-308 X, una versión casi reciente anunciada del Bestseller de los fotómetros. Este Sekonic L-308X puede medir tanto la luz reflejada, como la incidida. Algo muy importante a tener en cuenta en función del sujeto que vayamos a fotografiar.
Por último, la elección de la película. Hoy uso una película blanco y negro Ilford FP4, con una sensibilidad de 125. Una película con algo de contraste, que posteriormente revelare con químicos también Ilford, en concreto Ilfosol 3.
LOVE FILM!!